Hasta antes de ver a mis hijos convivir con sus primos, no estaba segura de qué tan importante es esta relación. Hoy, después de verlos compartir, jugar, pelear, pero sobre todo saberse acompañados, estoy convencida de que tener primos enriquece nuestras vidas.
Sin embargo, para que eso ocurra, los papás debemos fomentar que exista esa relación. Yo tengo muchos recuerdos de la convivencia que tuve con mis primos cuando éramos pequeños, nuestros juegos en el patio en la casa de mi abuela, jugar en la calle a “las traes”, “stop”, “resorte”, “avión”…pero esos recuerdos se quedaron en la infancia. Por diferentes circunstancias de la vida hoy no tengo relación con ellos, sé muy poco de sus vidas y cuando los veo, siento que somos ajenos los unos a los otros.
Así que por mi propia experiencia de vida, poco entendía de la importancia de los primos en nuestras vidas.
Después conocí a Juan Manuel, quien hoy es mi esposo, y la relación que tienen con sus primos es otra. Hoy como adultos disfrutan de recordar los momentos que vivieron de niños, comparten y siguen construyendo recuerdos juntos, y lo que me parece más importante, construyendo recuerdos en las mentes de los más pequeños. Y con base en esta experiencia, les quiero compartir 5 razones por las que tener primos enriquece nuestras vidas:
1. Comparten la historia familiar
Hay muchas cosas que traen en la sangre, en su propia historia de familia. Cuando hablan del abuelo, hablan de su mismo abuelo, de la misma tía, de la misma casa… Así que eso les da un sentido de pertenencia que les da seguridad y les permite ser auténticos en su círculo de mayor confianza.
2. Mejores amigos
A diferencia de los hermanos, que otro día les platicaré de esta relación que también es maravillosa pero con otras particularidades, con los primos desarrollan una complicidad única. Pueden tener primitos de la misma edad, compartir juguetes, momentos en general, pero cuando discuten, cada quien corre a buscar el refugio de su mamá. Con los primos no comparten a mamá, se evitan los celos de hermanos y dicho sea de paso, uno no entra en la misma encrucijada que cuando son los hijos quienes discuten. Además, cuando ya se cansaron los unos de los otros, cada quien se va a su casa, pero siempre volverán a sentir emoción con la simple idea de volverse a ver.
3. Compañía de por vida
Cuando me pongo nostálgica y pienso en el momento en el que yo me marche de este mundo, nada me gustaría más que mis hijos se sientan acompañados y no tengan que atravesar solos por esa pena. Y qué mejor que sean sus primos, con quienes crecieron, jugaron, pelearon y disfrutaron quienes estén junto a ellos. Ojalá que sean más los momentos felices que compartan, pero tener con quién contar en las buenas y en las malas, para mí es algo indispensable.
4. Lazos familiares
Y sí, es cierto que todas las familias pasan por subidas y bajadas, también existen las diferencias, es parte de las relaciones personales; pero siempre va a haber ese lazo familiar que hará que sean primos hasta el último día de sus vidas, así que ¿qué mejor que procurar que se lleven bien, que se quieran, que se respeten, que se mantengan unidos, que sean empáticos, que sean solidarios?
5. Momentos más divertidos
Siempre que platico con mi marido sobre nuestros viajes de trabajo, los lugares bonitos que nos tocó conocer, los dos coincidimos en que solo nos hacía falta tener a alguien querido con quién compartir. Porque claro, están tus compañeros de trabajo, pero a veces no son ni tus amigos, es la gente con la que te toca estar.
En cambio cuando estás en un lugar, cuando vives un momento, por más sencillo que sea, tener a la gente que quieres a tu lado, tener a alguien con quién compartirlo es lo mejor. Así que las idas al zoológico se vuelven más divertidas y las salidas de fin de semana mucho más entrañables.
Mis hijos son muy felices de tener a sus primos, y su felicidad es la mía.
Así que, cuéntenme, ¿ustedes cómo procuran la relación entre primos?