Uno de los temas que más nos preocupan a todas es ¿Cómo saber si soy una buena mamá? No hay duda de que todas hacemos nuestro mejor esfuerzo porque amamos a nuestros hijos, pero sin duda creo que a veces ese mismo amor nos ciega.
Así que motivada por conocer más sobre los temas de crianza, tener mejores herramientas para ejercer la maternidad y fomentar el equilibrio en mis hijos para que sean capaces de ser felices, me fui el sábado pasado al #masterbbmundo, en donde varios especialistas en diferentes áreas se dieron cita para justamente compartir sus conocimientos con todas las personas que buscamos la forma de allegarnos de cosas positivas para ser buenos padres.
Y ahí, una de las conferencias que más disfruté porque tuve oportunidad de aprender mucho fue la de Vidal Schmill, pedagogo experto en temas de familia, autor de los libros de “Disciplina Inteligente” y fundador de Escuela para Padres, habló sobre la necesidad de hacer un alto en el camino y pensar si estamos siendo una buena mamá.
No creamos que lo somos por el simple hecho de ser la mamá de nuestros hijos. Dejemos atrás ideas como “lo hago por tu bien”, “te pego porque te quiero”, “pegarte más a mí que a ti” y tampoco caigamos en no quiero que mi hijo sufra y entonces yo me vuelvo su esclava para construirle todo el tiempo su felicidad.
Partamos del hecho de que ellos son los únicos responsables de su felicidad. Hay que transmitírselos a través del ejemplo, dejemos papeles de víctimas a un lado, hagámonos adultos responsables de nuestras decisiones y dejemos que nuestros hijos también lo vayan haciendo desde cosas muy pequeñas.
Por supuesto todas las mamás y papás queremos que nuestros hijos sean felices, pero siempre lo he creído así y hoy más que nunca lo sigo pensando, yo quiero que mis hijos sean capaces de construir su propia felicidad y no que dependan de mí para serlo, porque eso es caer en conductas de codependencia y yo quiero que mis hijos sean felices por si mismos, sin ataduras, sintiéndose libres.
Pero cámbiemonos el chip. Una buena mamá no es aquella mujer abnegada que “sacrifica” todo por nuestros hijos. Una buena mamá es aquella que trabaja en sus emociones, para tener niños emocionalmente sanos.
Así que haz una evaluación y pregúntate, ¿Qué estoy haciendo hoy para tener adultos en el mañana que puedan sentirse felices con la vida que tienen? Te comparto algunos tips de lo que Vidal Schmill dice, sobre lo que nos toca resolver como padres y lo que no nos toca y en esa medida trabajar para que ellos puedan ser independientes.
Lo que te toca
Educación del carácter
- Enseñarles a ser independientes
- A ayudar a otros
- A hacer labores domésticas
- A que tu amor es incondicional
- A ser persistente
- A reconocerle sus logros
- Ayudarle a reconocer su talento natural
- Fomentar el dominio de actividades
- Hacer las cosas con pasión y creatividad
- Tener orientación al servicio
- Gozar la vida
- Permitir y fomentar manifestaciones de afecto
- Comunicación en dos direcciones
- Cooperación en casa
- Fomentar el saber hacer y conservar amigos
- Enseñarle el manejo de conflictos
- Ayuda y solidaridad
Lo que no te toca
- Actuar como su asistente personal
- Hacer las tareas domésticas que le tocan a él
- Ofenderlo para corregirlo
- Condicionar tu amor
- Permitirle que renuncie fácilmente
- Darle órdenes continuamente
- Arreglarle su vida social
- Criticar a sus amigos
- Ofender o hablar mal de las personas que él ama
- Invadir su privacidad
- Criticar o hablar mal de otros
- Permitirle que beba para divertirse
- Saturarlo con clases extras
- Permitirle que abandone sus estudios
- Decidir por él lo que “deberìa” gustarle
- Criticar sus intereses
- Impedir que lo intente aunque corra el riesgo de fracasar
Ojalá que estos tips que nos compartió este gran pedagogo, al que particularmente admiro mucho, los tengas a la mano porque siempre vale la pena hacer un alto en el camino y preguntarnos si vamos bien o vale la pena enderezar el camino. Nuestros hijos nos piden que los guiemos, necesitamos saber cómo hacerlo.